¿Quieres comer tus verduras de una forma diferente? Hoy nuestra amiga Paqui de España nos enseña cómo hacer berenjenas rebozadas crujientes. Esta es una receta saludable y deliciosa con la que podrás llevar el sabor de tus berenjenas a otro nivel. Disfrútalas como tapa o aperitivo. ¡Pruébalas!
Para hacer unas deliciosas berenjenas rebozadas empieza por lavar bien tus berenjenas.
Enseguida, corta las berenjenas en rodajas de unos 5 mm de espesor. Lo ideal es que no sean ni muy finas, ni muy gruesas.
En un bowl grande, pon agua suficiente y una cucharada de sal. Sumerje las rodajas de berenjena en el agua y déjalas reposar durante al menos 30 Minutos. Haciendo esto lograremos reducir el amargor natural de las berenjenas, haciéndolas más ricas.
Pasada la media hora, sácalas del agua, escúrrelas bien y retira el exceso de humedad con la ayuda de papel o una trapo limpio de cocina. Salpimiéntalas al gusto y reserva.
Ahora vamos a pasar al rebozado. Pon una sartén a calentar con suficiente aceite para freír. ( Te recomendamos usar aceite de oliva extravirgen pero puedes usar el que más te guste.)
Mientras se calienta el aceite, prepara dos platos: en uno coloca la harina de trigo y en el otro rompe los huevos y bátelos bien hasta que consigas una mezcla homogénea. Luego agarra cada rodaja de berenjena y pásala por el huevo, asegurándote que se empapen bien por ambos lados. Después pásalas por la harina. Haz lo mismo con cada rodaja hasta que las tengas todas listas.
Cuando el aceite esté caliente, pon a freír las berenjenas en tandas. Con esto evitaremos que la temperatura del aceite baje. Frítalas durante unos 2 minutos o hasta que estén doradas por lo dos lados.
Saca las berenjenas rebozadas y crujientes y déjalas reposar. Sirve calientes acompañadas de una deliciosa salsa rosada, guacamole o la que más te guste.
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Ingredientes
Instrucciones
Para hacer unas deliciosas berenjenas rebozadas empieza por lavar bien tus berenjenas.
Enseguida, corta las berenjenas en rodajas de unos 5 mm de espesor. Lo ideal es que no sean ni muy finas, ni muy gruesas.
En un bowl grande, pon agua suficiente y una cucharada de sal. Sumerje las rodajas de berenjena en el agua y déjalas reposar durante al menos 30 Minutos. Haciendo esto lograremos reducir el amargor natural de las berenjenas, haciéndolas más ricas.
Pasada la media hora, sácalas del agua, escúrrelas bien y retira el exceso de humedad con la ayuda de papel o una trapo limpio de cocina. Salpimiéntalas al gusto y reserva.
Ahora vamos a pasar al rebozado. Pon una sartén a calentar con suficiente aceite para freír. ( Te recomendamos usar aceite de oliva extravirgen pero puedes usar el que más te guste.)
Mientras se calienta el aceite, prepara dos platos: en uno coloca la harina de trigo y en el otro rompe los huevos y bátelos bien hasta que consigas una mezcla homogénea. Luego agarra cada rodaja de berenjena y pásala por el huevo, asegurándote que se empapen bien por ambos lados. Después pásalas por la harina. Haz lo mismo con cada rodaja hasta que las tengas todas listas.
Cuando el aceite esté caliente, pon a freír las berenjenas en tandas. Con esto evitaremos que la temperatura del aceite baje. Frítalas durante unos 2 minutos o hasta que estén doradas por lo dos lados.
Saca las berenjenas rebozadas y crujientes y déjalas reposar. Sirve calientes acompañadas de una deliciosa salsa rosada, guacamole o la que más te guste.